La historia está llena de vacíos y tergiversaciones, pues hubo guerras, corrupción, ambición por saber, controlar y gobernar, persecuciones en nombre de la fe y muchas acusaciones de herejía y/o brujería y así, en algún punto de la historia muchas prácticas y conocimientos ancestrales (entre ellas la Astrología) fueron prohibidas.
Por un lado empezó a difundirse que eran prácticas del demonio y, por otro lado, hubo otros más adelante que empezaron a desprestigiarla pues no podía ser explicada desde el nuevo modelo de pensamiento racional que surgió.
De esta forma, con el paso del tiempo, fue extendiéndose una idea sobre la Astrología con la que la gente fue perdiendo el interés viéndola como un entretenimiento, un timo u oficio de feriantes.
¿Qué le pasó a la humanidad que empezó a rechazar esta conexión con el cosmos observada durante tantos miles de años?
Se especula que durante los siglos en los que la Astrología alcanzó su mayor esplendor, se experimentó tal abuso y dependencia de la técnica predictiva que fue desvirtuándose y perdiéndose cada vez más ese trasfondo inicial en el que la Astrología suponía un medio entre el ser humano y el misterio de la vida formando parte de algo más profundo (de la misma forma que fue perdiéndose el vínculo con la naturaleza) y, lejos de guíar y empoderar a las personas, se convirtió en algo que sentenciaba y que quitaba el poder a uno mismo. Así que, en parte, se entiende que fuera necesario equilibrar todo esto y purificarlo (de hecho, ya en el siglo XXI, hay quién sigue perpetuando este uso...).
Pero de un extremo se pasó a otro y poco a poco fue introduciéndose una mentalidad escéptica, mecanicista y separativa en la que se aseguraba que el ser humano y todo lo que formaba parte del universo eran piezas aisladas unas de otras sin conexión aparente, y por tanto, se rechazaba toda aportación proveniente de esas disciplinas que tenían una visión más holística y mística que nos vinculaba con la naturaleza.
Una auténtica campaña que elevó al pensamiento "científico" a la cima de la "verdad" originando una especie de doctrina en la que ya sólo existiría y sería aceptado aquello que pudiera ser explicado desde ciertos métodos y conceptos.
Se les olvidó que los métodos y el pensamiento también avanzan y que por no entender algo no implica que ello no exista y tenga una función en el universo y que, por supuesto, no lo sabemos todo ¿o es que a caso las ondas electromagnéticas no existían desde los comienzos mucho antes de que pudiera comprenderse, cuantificarse, usarse y otorgarle un nombre? y hoy las usamos cotidianamente, como con el Wifi, siendo invisibles para el ojo y sin necesitar saber cómo funcionan.
Lo que hoy es impensable, mañana puede no serlo e independientemente de que el humano pueda entenderlo o no, la naturaleza seguirá su curso.
Así que experimentar la relación entre la tierra y el cielo y hablar del misterio que nos rodea, quedó únicamente permitido socialmente si se hacía a través de ciertas religiones. La Astrología y otras prácticas ancestrales, se vieron sometidas a vivir tiempos clandestinos y acudir a sociedades secretas y círculos pequeños para seguir avanzando en sus investigaciones y preservar la información para las próximas generaciones.
Muchas celebridades de todas las épocas y de diferentes campos han sido estudiosos de la Astrología (matemáticos, físicos, filósofos, médicos, psicólogos, artistas, monjes...) algunos más tradicionalistas que otros, que colaboraron con la creación y difusión de nuevos enfoques más centrados en el Ser y el desarrollo de la personalidad.
Se observó que los planetas no sólo eran el reflejo de ciclos biológicos, movimientos sociales o descripciones cerradas sobres la personalidad, sino que, en su trasfondo, venían a reflejar funciones psíquicas y biológicas del ser humano y su evolución en el tiempo, creando así las bases de lo que hoy supone la Astrología moderna.
No se sabe bien cuando y donde nació este enfoque, pero sí que fue rescatado y difundido en occidente en el siglo XX a través del psicólogo y psiquiatra Carl G. Jung, el cual utilizaba la Carta Natal con sus pacientes.
Posteriormente, fueron apareciendo cada vez más personas interesadas en fusionar el conocimiento Psicológico con la Astrología y hacer nuevas aportaciones que fueran dando forma a la actual Astrología Psicológica o Humanista.
La Astrología está resurgiendo con un enfoque pscológico profundo y empoderador convirtiéndose en una herramienta reveladora que acelera el proceso de autoconocimiento notablemente llegando a unas profundidades con las que otras terapias necesitarían más tiempo. Se espera que coja más fuerza en esta nueva Era de Acuario en la que estamos entrando, pues es un arte que se mantiene en movimiento sincrónico a la evolución de la consciencia planetaria.