Escorpio – Una energía poderosa para sostener el dolor

Escorpio signo del zodiaco

Todos tenemos algo de Escorpio pues forma parte del cinturón de constelaciones (los signos del zodiaco) que impregnan al planeta con sus energías, de ahí que seamos un cóctel de todas ellas.

Algunas personas tienen más presencia del ingrediente escorpionano porque o bien en el momento de su nacimiento había planetas transitando por este signo o porque se encontraba en un punto matemático importante que tiene que ver con la distribución de las casas de su Carta Natal o Astral ( ascendente, medio cielo, descendente o bajo cielo).

De igual forma, todos tenemos Escorpio, así que, seas de signo solar Escorpio o no, este artículo te interesa ya que voy a hablar de una de las virtudes de esta energía que está disponible para todos.

Se trata de la capacidad que nos ofrece para sostener estados emocionales intensos, como por ejemplo el dolor.

Índice

Procesos de transformación

Cuando buscas el remedio mágico, estás tratando de librarte del dolor sin tener que cambiar nada de tu vida. Que todo siga siendo igual, pero sin esa incómoda presencia.

Quizás crees que la solución a tus problemas es que ese dolor desaparezca y que una vez eliminado, ya por fin, podrás ser esa persona que deseas.

Pero que el dolor desaparezca no es la razón por la que te vas a convertir en esa persona.

Lo que te transformará es precisamente tener que atravesar por la experiencia de dolor. Y atravesar significa traspasar, hacer el camino de un punto al otro, algo muy distinto a quitar, suprimir o hacer desaparecer.

Cuando sanas un trauma, una herida de la infancia o cuando reparas un daño y logras habitar en el vacío emocional, te transformas.

Ese proceso interno conlleva como consecuencia una transformación de quién eres. Te conviertes en una versión mejorada, más sabia, más madura, más fuerte, más centrada, más en paz, más consciente.

Y el dolor no lo olvidas como si nunca hubiera existido. Va curándose con el tiempo, desinfectándose y cada vez duele menos hasta que la cicatriz nos lo recuerda desde otro punto muy distinto al que comenzamos.

Es sabiduría para el Alma que has labrado con la vivencia que te produjo el dolor. Desde que se originó, pasando por la experiencia de sentirlo y conocer qué se siente, cómo es, qué produce, qué implica, cómo afecta… la tremenda fuerza que tiene para influir en la vida de una persona. Y finalmente hasta que lo liberas y lo vuelves compost para el Alma que lo ha convertido en una nueva fuente de energía.

Cuando pretendemos que el dolor desaparezca con un remedio mágico, una terapia mágica de esas que vas un día y todo resuelto, es como hacer trampas en un juego, querer saltarte los pasos complicados y colocarte ya en la meta. Pero la gente que hizo el recorrido entero tiene algo especial que no puedes obtener si te saltas el proceso, porque el objetivo no es llegar a la meta sino vivir el proceso.

Y es normal, quién no querría obtener el fruto sin necesidad de pasar por el dolor.

Los ansiolíticos son maravillosos y a veces los necesitamos.

Pero…

El dolor tiene un sentido, una función, una toma de consciencia, un potencial transformador.

El sufrimiento, sin embargo, es opcional, es otra cosa parecida a un bucle que perpetua el dolor sin ninguna salida para poder transmutarlo en algo útil y con sentido.

¿Por qué le tenemos miedo a Escorpio?

Hablar de estos temas es hablar de la función de Escorpio en la realidad que vivimos como humanos, pues esta energía se encarga de los procesos de transmutación, el poder, la intensidad emocional, lo profundamente enterrado…

Y cada vez que hablamos de desenterrar algo no se trata exclusivamente del dolor o lo traumático, también se hayan enterrados los cofres del tesoro, los minerales preciosos, el petróleo – el oro negro, los nacimientos de agua de manantial, ciudades y monumentos muy antiguos de un gran valor, objetos queridos que habíamos perdido…

Pero…

Hablar de los asuntos que pertenecen a Escorpio suele dar un miedo aterrador.

¿Por qué?

Porque nos enfrenta a la muerte.

Sí, a morir, ya que cuando descubrimos algo nuevo trae implícito la reconstruir o actualización de lo viejo.

Es como cuando se encuentran hallazgos de culturas antiguas que contradicen las teorías establecidas hasta el momento y obligan a reconstruir la historia tal como nos la habíamos contado.

Imagínate si por algún casual, se descubriera algo que tire por tierra la teoría evolutiva de que venimos del mono… Sería un bombazo.

Esto mismo sucede con la propia Identidad, el Ego, cuando nos abrimos a la energía de Escorpio.

Una vez dentro del proceso escorpionano ya no podemos salir siendo los mismos.

Y no hay una cosa que más tema el Ego que a la muerte de sí mismo.

Así que cuando se nos propone hacer un proceso terapéutico o leer la carta astral, que te hagan una tirada del Tarot, ir a una médium, hacer una constelación familiar, quedar con esa persona que sabe ver más allá de lo aparente… o cualquier otro medio que nos lleve a estas profundidades Escorpianas donde nos desvela información oculta, nos entra miedo a lo que podamos encontrar.

Algo en nuestro interior presiente que si removemos demasiado puede aflorar algo que nos destruya.

La trampa del Ego

Y esto es una trampa, porque no vas a morir literalmente, es el Ego el que experimentará la supuesta “muerte” al tomar consciencia de que es mucho más de lo que pensaba y que ese autoconcepto de si mismo estaba incompleto y ahora puede enriquecerse.

El miedo depende de cuánto te estés aferrando a tu propia realidad y de tu capacidad para sostener tu propia oscuridad, pues debes saber que todos tenemos Poder y no muchas veces hacemos un uso constructivo de él.

Así que en esos procesos también te enfrentas a saber de la existencia de un lado “oscuro” dentro de ti.

Y ese lado «oscuro» no quiere decir que seas mala persona, sino que probablemente sea fruto de un uso de tu poder distorsionado e inconsciente, incluso un impulso inconsciente por sobrevivir a lo que crees peligroso para ti.

Muchos en la infancia nos hicieron creer que estaba mal mostrar o hacer ciertas cosas y eso arrastra un idea incompleta y sesgada de lo que está bien o no que nos conduce a reprimir partes de nosotros que al esconderlas crean moho.

Somos nosotros los que podemos elegir y moldear la forma en la que se materializan las energías.

Escorpio no entiende de bueno o malo, es neutro, no juzga, no tiene moral. Su propósito es que nos convirtamos en personas más completas e íntegras, más auténticas.

Su propósito es evolucionar, como lo hacían los pokemon, a una versión mejorada de sí mismos.

Pero nosotros, en vez de entrar en Escorpio con estos fines, lo hacemos para aferramos a lo conocido, ese refran que dice “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Ósea analiza la frase:

¿Prefieres quedarte con lo “malo” en vez de conocer lo bueno? No tiene sentido.

Y así nos cuesta decir adiós a nuestra propia realidad e identidad.  

¿Y cómo usamos Escorpio entonces?

 

La expresión inconsciente de Escorpio

Normalmente accedemos a Escorpio buscando a una persona con la que fusionarnos y dejar de ser un Yo para volvernos un Nosotros. Es esa intensidad que vivimos con ciertas personas.

Es otra forma de experimentar la muerte de la identidad.

Pero por lo general esto no se hace desde la consciencia de lo que implica y el potencial que tiene, sino que buscamos esta fusión para evitar sentirnos solos o paliar alguna otra sensación que aparentemente estar fusionado con otra persona nos lo alivia.

Es decir, terminamos usando la Energía de Escorpio para no enfrentar ciertos estados emocionales.

Y esto es super contradictorio, porque esa fusión que buscas tarde o temprano va a llevarte a desear volver a dónde estar ahora.

Te lo explico.

Cuanto más tratemos de huir de lo que no queremos mirar, con más intensidad y distorsión se expresará Escorpio.

Entonces, aparece el apego a las relaciones que se vuelven tóxicas, el apego al sexo, la lujuría, las adicciones, el drama, los celos, la posesión, la traición, la manipulación, el control, los juegos de poder, la dominación, el rencor, el deseo de venganza, las deudas económicas y personales, la corrupción, los secretos, la obsesión, las historias de espíritus aterradores, sombras en la noche amenazantes, paranoias, sensación incrementada de la maldad ajena, la desconfianza, la autodestrucción…

Y así una larga lista de escorpionadas causada por el miedo a enfrentar nuestra propia sombra, por el miedo a enfrentar la propia intensidad de emociones que arrastramos, la vulnerabilidad que el dolor nos produce, el terror al cambio y a lo nuevo, el apego a las fantasías idílicas en la que sólo existe la alegría y la celebración…

El deseo de empoderarnos

Constantemente huimos de nosotros mismos y a la vez buscando sentirnos poderosas, pero eso sí, sin querer reconocer la sombra de lo que nuestro poder es capaz de hacer,

Y entonces, las escorpionadas se extienden cada vez con más toxicidad e intensidad, atrayendo incluso a personas narcisistas, abusivas… a esperas de que en algún momento tomemos consciencia y decidamos tornar la atención hacia dentro y abrirnos a otra dimensión de Escorpio en la que pueda empezar a hacer su función SANADORA y EMPODERADORA.

Si no quieres ver tu oscuridad interior, tampoco estarás capacitada para usar y sostener el Poder desde la luz, pues para poder discernir antes debes conocer las posibles formas que existen.

Ana Semilla.

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Hola soy Ana

Astróloga Psicológica y Clarisintiente

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